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El mes de febrero es sin duda el mes de los carnavales. Aunque el invierno todavía acecha y es importante abrigarse para que los más peques no pillen un resfriado, la fiesta bien merece agudizar el ingenio para hacernos con un original disfraz que permita a nuestros hijos disfrutar de los carnavales y divertirse al máximo.
De todos es sabido que Halloween y Carnavales son las dos grandes fechas en las que aprovechamos para disfrazarnos y ponernos en la piel de distintos personajes. Pero si tienes peques, has de saber que un disfraz les aporta mucho más que diversión, así que no está de más que incluyas en su rutina de juegos algún que otro disfraz que les permita convertirse en “alguien diferente” durante unas horas.
Y es que parecerse a un súper héroe, a su personaje favorito de dibujos o simplemente vistiendo ropas y pinturas en la cara que les hagan parecer diferentes, fomenta su creatividad e imaginación. De forma casi automática asumen un rol diferente al de sus vidas, se inventan historias, cambian la voz, andan de forma distinta… cualquier detalle de caracterización o actuación les va a ayudar a interpretar un papel distinto a su “yo” diario.
Esta forma de juego les permite desinhibirse, pensar de forma distinta, relajarse y expresarse libremente, así como desarrollar sus habilidades naturales de una forma espontánea y divertida; en definitiva, interpretar un personaje imaginario les permitirá expresar sus emociones sin miedo a ser juzgados y les ayudará a superar sus complejos o sentimientos de vergüenza.
¿Te habías parado a pensar cuántos beneficios tienen los disfraces para nuestros peques? Pero no olvidemos que tampoco hace falta comprar disfraces, ya que en la mayoría de las ocasiones menos puede ser más, y una simple tela, un sombrero, unos zapatos de los papis o una maravillosa varita mágica puede ser suficiente para inventar y recrear una bonita historia llena de aventuras.
Quizá una fiesta de disfraces sea una buena idea para el cumple de tu hija o hijo, ya que el disfraz es un gran agente socializador y es garantía de diversión cuando se realiza en grupo. Pero tengamos en cuenta que cualquier tarde de domingo puede ser ideal para disfrazarnos de romanos con una simple sábana anudada al hombro y elaborando unas coronas de laurel con cartulina. ¡Solo hay que echarle un poco de imaginación!
Si todavía no tenéis disfraces para disfrutar del carnaval, es hora de ponerse en marcha e improvisar algo con esas prendas de ropa que conservamos en el armario y a las que a penas les damos uso. A tiempo de comprar un disfraz siempre estamos, pero si lo elaboramos a modo de manualidad en casa, será una forma fantástica de empezar a divertirse y conseguir un disfraz único y original.
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