En poco más de una semana finalizan las clases y muchos niños y niñas van a pasar más horas con los abuelos. Hoy en día es muy habitual que papás y mamás trabajen, y si no se ha optado por una escuela de verano, los abuelos y las abuelas se convierten en la tabla de salvación de muchas familias, ya que cuidarán gustosamente de sus nietos y nietas hasta que los padres puedan disfrutar de las merecidas y esperadas vacaciones.
Y es que aunque cada casa es un mundo, la relación entre abuelos y nietos siempre suele ser muy especial y beneficiosa para ambos. Que sí, que los abuelos a veces son unos consentidos y se dice también que les gusta “malcriar” a los nietos, pero en definitiva, todo aquello que hacen es para mostrar su amor incondicional hacia esas personitas que son sangre de su sangre.
¿Qué pueden aprender unos de otros?
Experiencia en crianza: sobre todo las abuelas, por su papel de madres a tiempo completo en su juventud, se convierten en brazos expertos que acunan a un bebé y le proporcionan una calma mágica, o que son capaces de abrazar con tal sinceridad, que pueden transmitir seguridad, ánimo o consuelo, cuando sus nietos y nietas están pasando un mal rato.
Contadores de historias: a los abuelos les encanta contar historias de su época. En 50 años el mundo ha cambiado tanto, que sus recuerdos de infancia pueden convertirse en el cuento más original y fascinante para que los peques se sorprendan con historias totalmente desconocidas para ellos.
Mediadores familiares: al igual que los tíos y tías, pueden convertirse en ese salvavidas cuando hay un problemilla con los papis. Los abuelos y abuelas son capaces de empatizar con sus hijos y con sus nietos, para ser los consejeros ideales y poner fin a malentendidos que no llevan a ninguna parte.
Sabios en tecnología: los nativos digitales dominan la tecnología desde corta edad y son capaces de enseñar a los abuelos a usar el whatsapp, a colocarles su foto como fondo de pantalla o ayudarles a escoger el tono de llamada más simpático. Los abuelos saben que la tecnología es un nexo de unión con sus nietos y no escatiman esfuerzos en estar al día y disfrutar de ella.
Eterna juventud: pasar tiempo con los nietos o hacerse cargo de ellos durante unas horas, permite que abuelos y abuelas vivan una segunda crianza, rememorando lo que hicieron con sus hijo e hijas o incluso haciendo todo aquello que en su día no pudieron. Jugar por los suelos, llevarles al parque, hacer manualidades… un sinfín de actividades que ayuda a los abuelos a mantenerse activos y atentos, olvidando a veces la edad que tienen y sintiéndose jóvenes de nuevo.
En definitiva, se trata de una relación muy especial de la que hay que extraer siempre lo mejor. Según un estudio realizado por la Universidad de Valencia y la Kent State University de Ohio, las relaciones intergeneracionales entre los nietos y los abuelos son siempre positivas, considera de gran importancia la frecuencia de contacto y la realización de actividades de acompañamiento, como conversar, pasear, visitar familiares y amigos o tomar decisiones importantes. Por todo ello, pasar horas con los abuelos es algo que beneficia a los peques y que tenemos que intentar aprovechar y disfrutar al máximo.