Dormir las horas adecuadas es muy importante en todas las etapas de la vida, pero en los más pequeños, dormir y descansar es fundamental para su desarrollo y crecimiento, por eso las mamás y los papás tienen muy en cuenta que sus peques duerman lo suficiente, para que crezcan sanos y no se sientan cansados en el día a día.
Es normal que los padres tengan dudas sobre cuántas horas deben dormir sus hijos y según luciamipediatra.com, se trata de una pregunta estrella en consulta. Sin embargo, la respuesta puede variar muchísimo, ya que sobre todo, depende de la edad:
El bebé recién nacido duerme entre 16-17 horas a lo largo de todo el día. Después de cada toma, se queda dormido.
A los tres meses, dormirá unas 15 horas.
Al año suele dormir 13 ó 14: 10 – 11 horas de noche y 2-3 por el día.
De 1 a 3 años. Cada niño debería dormir entre 10 y 13 horas al día. Es a partir de esta edad cuando los niños claramente comienzan a dormir toda la noche sin despertares. Si el momento de la siesta nunca ha sido fácil, es una buena edad para dejar de hacerla diariamente y observar cuáles son las necesidades reales del pequeño.
A los 4 y 5 años, los niños duermen de 10 a 12 horas por la noche.
Entre los 6 y los 8 años, necesitan de 11 a 12 horas de sueño.
Y con 10-12 años, unas 10 horas.
Estas pautas pueden ser una guía efectiva para saber si nuestros hijos duermen lo suficiente, aunque tampoco hay que obsesionarse, ya que algunos necesitan dormir más que otros e influyen muchas circunstancias, por ello hemos de estar atentos a sus necesidades reales y establecer unas rutinas que le ayuden a conciliar el sueño.
Y es que dormir es algo muy necesario y por supuesto muy saludable. Mientras dormimos, el cerebro realiza multitud de funciones necesarias para el crecimiento y el aprendizaje, y más allá de que el niño o la niña sufra alguna patología que se le haya diagnosticado, la mayoría de los problemas de no dormir bien se deben a los malos hábitos que el día a día instaura en casa, casi sin darnos cuenta.
Aunque no deberíamos considerarlas universales, ésta son algunas de las rutinas que nos pueden ayudar a que los peques concilien el sueño y descansen con más facilidad:
Establecer una hora para irse a la cama, es una forma de que sepan que se acerca el momento de ir a dormir y además su cuerpo se va adaptando.
Evitar actividades excitantes antes de dormir, como los videojuegos o ver la televisión. Mejor que lean o coloreen un dibujo.
Tener claras las actividades que preceden al momento de irse a la cama: ducha, pijama, cena, lavarse los dientes, leer un cuento… respetando los horarios pero siempre con cierta flexibilidad
Acostumbrarlos a que la habitación sea para dormir. Es en la cama donde han de empezar a coger el sueño y no en el sofá. Y por supuesto, que irse a la cama no sea nunca un castigo.
Que no entre luz exterior es importante, asegúrate que las persianas estén bien cerradas y si lo crees conveniente, siempre puedes poner una luz quitamiedos que le ayude a sentirse seguro.
¿Nos vamos a dormir? Felices sueños.