¿Hay algo que quieras consultarnos acerca de nuestra oferta educativa?
Viajar y visitar nuevos lugares para desconectar de la rutina y respirar nuevos aires es lo más bonito de las vacaciones. Y salir de viaje con niños y bebés, aunque requiere un poco más de planificación, se ha de afrontar con tranquilidad, sin prisas y disfrutando de cada momento de la aventura.
En la elección del destino, es importante tener en cuenta que aunque estemos de vacaciones, los niños necesitan igualmente divertirse y jugar, así que mejor no saturarlos con jornadas de turismo en las que se aburran o se cansen demasiado. No obstante, visitar castillos, bosques, palacios y monumentos, puede ser muy atractivo para ellos si les hacemos cómplices de la aventura antes de ir. Por ejemplo podemos contarles cuentos basados en la historia de los lugares que vamos a visitar, y de esta forma, cuando lleguemos al destino ellos mismos podrán identificarlos y descubrir los secretos del entorno como si de una aventura se tratara.
Quizá una de las cuestiones que más estrés provoca cuando salimos de vacaciones es la preparación de las maletas. No queremos que se nos olvide nada y pensamos en mil situaciones en las que nos podemos encontrar y para las que queremos ir preparados: si llueve, si hace fresco, si salimos a cenar, si nos quedamos cortos de camisetas. ¿Quién no se ha llevado nunca más ropa de la que ha necesitado? Y realmente todo esto toma otra dimensión cuando viajamos con niños y bebés. ¿Nos olvidaremos de algo importante?
Para no cometer demasiados errores nos puede ayudar hacer una lista con bastante antelación, que nos permita pensar y repasar, o añadir y quitar elementos a medida que se acerca el momento de la partida. Si elaboramos la lista unas semanas antes, a medida que vayamos releyéndola descubriremos que algunas de las cosas que creíamos imprescindibles en un primer momento, quizá podamos intercambiarlas por algo más necesario.
En la confección de este listado también deberían participar los peques, eligiendo aquello que prefieran y renunciando a muchas de las cosas que utilizan habitualmente. ¿Serán capaces de elegir un juguete como compañero de viaje? ¿Podrán escoger las cuatro camisetas que más les gusten o el par de zapatillas y sandalias más cómodas? El momento de la negociación puede ser divertido y seguro que acabarán cediendo y elaborando su propia lista.
Otro de los complementos al que debemos prestar una atención especial es el botiquín. Si los peques toman algún medicamento de forma habitual o por ejemplo son propensos a sufrir fiebre o a acatarrarse, nos llevaremos las medicinas para no tener sorpresas. No obstante, tampoco nos obsesionemos imaginando situaciones problemáticas porque prácticamente en cualquier sitio al que vayamos vamos a encontrar una farmacia, o en el peor de los casos, nos podrá visitar un médico sin problema. Protector solar, unas tiritas, repelente de mosquitos o una cremita para después del sol o para posibles golpes, ocupan poco sitio y siempre pueden venirnos bien. Pero lo más importante es llenar la maleta de ilusión, paciencia y buenos propósitos. ¡Feliz viaje, familia!
¿Hay algo que quieras consultarnos acerca de nuestra oferta educativa?