Seguramente las palabras escuela y verano no iban juntas en tu vocabulario cuando erais pequeños. Cerraba el colegio y salías corriendo a disfrutar de la calle, la piscina, la playa o las horas eternas de juegos. Ahora, sin embargo, acaban las clases un viernes y el lunes tu niño se levantará de nuevo a las 8 para ir a otra escuela, la de verano.
¿Es una escuela de verano la mejor educación infantil o es una obligación impuesta por la conciliación laboral? La educación en escuelas de verano influye positivamente en el rendimiento académico de los niños. Dos largos meses sin ninguna relación con el estudio provocan cierta pérdida de lo aprendido, según Covadonga Ruiz de Miguel, de la Fundación Europea Sociedad y Educación. De hecho, un estudio publicado en el American Educational Research Journal alerta del aumento de la brecha educativa entre las familias de diferente estatus socioeconómico precisamente por la imposibilidad de costear alguna educación o actividad escolar en el periodo estival.
Fomentar nuevas experiencias
Ahora bien, otros expertos en educación infantil apuestan por romper con las rutinas escolares y fomentar la creatividad infantil, la curiosidad y las nuevas relaciones. Para la psicóloga Alicia Banderas, autora del libro “Niños sobreestimulados”, muchos padres apuntan a sus hijos a un sinfín de actividades que los niños ni han elegido ni desean y esto les genera bloqueo y desmotivación. Los niños necesitan juego libre y actividades que no estén planificadas. Según la experta en educación infantil, Francisca Majó, el verano es más sensorial que material. El clima favorece el contacto con la naturaleza y la práctica de actividades que no se pueden realizar durante el curso.
La oferta es variada: actividades acuáticas, educación en inglés, campamentos… Una escuela de verano no tiene por qué ser una obligación, puede ser una opción positiva para tu hijo si para su elección tienes en cuenta, al menos, tres aspectos:
- Que sea atractiva pero útil, refuerce las potencialidades del niño.
- Que proponga al niño nuevas experiencias y nuevas relaciones.
- Que el niño participe en la elección, es importante presentarle alternativas diferentes basadas en sus habilidades y gustos.
Y, ahora, cuéntanos… ¿qué piensas? ¿llevarías a a tu hijo a una escuela de verano si no tuvieras que trabajar?