La prevención es la mejor manera de evitarlos, pero antes o después los papás nos enfrentamos a ellos. Proteger a los más pequeños de los riesgos comunes con gestos como tapar enchufes, evitar objetos y líquidos peligrosos a su alcance y mantenerles permanentes vigilados, entre otros, son responsabilidad de los adultos y la mejor manera de evitar que ocurran. Aún así a lo largo de la infancia los padres nos enfrentamos a tropezones, caídas, picaduras….sustos para los que debemos estar preparados.
La Asociación Española de Pediatría ofrece recomendaciones para la mayoría de accidentes comunes en niños, así como los aspectos en los que los padres debemos prestar especial atención para detectar situaciones más graves. A continuación detallamos algunas:
- Golpes en la cabeza: Son accidentes muy comunes que no suelen tener mayor importancia generalmente que la presencia de un chichón, hematoma o herida superficial. Las caídas de los niños menores de un año o síntomas como la somnolencia, vómitos, visión borrosa o falta de coordinación necesitan de atención médica urgente.
- Heridas: Por lo general, la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría recomienda lavar la herida con agua. En lesiones más importantes, cubrir la herida con gasa estéril y elevar la parte del cuerpo del niño que sangra por encima del corazón. Presionar la herida durante 5 minutos y pedir ayuda médica en caso de que no pare la hemorragia o se tengan dudas sobre su aspecto o se encuentre en lugares peligrosos.
- Atragantamientos: Son situaciones angustiosas ante las que se debe actuar con rapidez. Si el niño tose adecuadamente, hay que animarle a que lo haga. Nunca golpear en la espalda o tratar de sacar el objeto a ciegas. En casos más graves, realizar la maniobra de Heimlich si se conoce su proceder, y llamar a emergencias al 112.